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Meditaciones Guiadas
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La configuración del guía interno

Aclaración sobre la experiencia a llevarse a cabo

El dominio de esta experiencia es de fundamental importancia. Sin ella no puede efectuarse un conjunto de trabajos de utilidad para la vida diaria y para momentos excepcionales sobre los que tratan otras experiencias de este libro.

Estoy en un paisaje luminoso en el que alguna vez sentí una gran felicidad. (*)

Alcanzo a ver el sol que se agranda. Lo observo sin molestia. Notablemente, dos rayos se desprenden de él posándose en mi cabeza y en mi corazón.

Comienzo a sentirme muy liviano y a experimentar que soy atraído por el astro. De ese modo, siguiendo los trazos luminosos me dirijo hacia él.

Desde el disco enorme, que se convierte en una esfera gigantesca, recibo su calidez suave y benéfica. Ya en el interior del sol, aspiro y expiro amplia y profundamente. La luz que me rodea se introduce en mi cuerpo al ritmo de la respiración, dándome cada vez más energía. Me siento sereno y radiante.

Entonces, pido con mis mejores sentimientos que se presente ante mí el guía interno y que lo haga del modo más propicio. (*)

Él me dice que representa a mi Fuerza interna, a mi energía, y que si se como usarlo tendré dirección en la vida, tendré inspiración y tendré protección. Pero que debo hacer el esfuerzo por verlo bien o sentir su presencia con intensidad. (*)

Pido al guía que pose sus manos en mi frente y las mantenga así unos instantes. Empiezo a sentir que desde el centro de mi pecho crece una esfera transparente que termina abarcándonos a ambos. (*)

Digo al guía que haga renacer en mí un profundo amor por todo lo existente y que me acompañe en la vida dándome alegría y paz. (*)

Pregunto por el sentido de la vida y espero su respuesta. (*)

Pregunto que es realmente la muerte y espero su respuesta. (*)

Pregunto por el valor de mi vida y espero su respuesta. (*)

Pregunto, meditadamente, por una situación especial de mi vida y espero su respuesta. (*)

Pido al guía que esté siempre a mi lado en los momentos de duda y zozobra, pero que también me acompañe en la alegría.

El guía se separa de mí y se convierte en una gran flor de pétalos abiertos que contrasta en sus colores con el fondo luminoso del disco solar. Luego, la flor va cambiando en sus formas y tonos como si fuera un armonioso calidoscopio. Entonces comprendo que atenderá a mis pedidos.

Empiezo a alejarme del brillante sol, pleno de vida y fortaleza.  

Y por dos rayos luminosos, desciendo al hermoso paisaje, reconociendo en mi interior una gran bondad que busca expresarse en el mundo de la gente. (*)

Recomendación

Observar dificultades producidas en la experiencia respecto a la libertad de movimiento. Cotejarlas con los problemas cotidianos del mismo tipo o con limitaciones en la expresión corporal. Comprobar si en el estado logrado durante la experiencia, los problemas cotidianos pueden dimensionarse con mayor corrección que la habitual.

Si se repite la experiencia y se logra vencer resistencias, observar en la vida diaria los efectos correlativos.

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